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En 1958, escribí lo siguiente:
'No hay grandes diferencias entre realidad y
ficción, ni entre lo verdadero y lo falso. Una cosa no es necesariamente
verdadera o falsa; puede ser al mismo tiempo verdadera y falsa.'
Creo que estas afirmaciones aún tienen sentido, y
aún se aplican a la exploración de la realidad a través del arte. Así
que, como escritor, las mantengo, pero como ciudadano no puedo; como
ciudadano he de preguntar: ¿Qué es verdad? ¿Qué es mentira?
La verdad en el arte dramático es siempre esquiva.
Uno nunca la encuentra del todo, pero su búsqueda llega a ser
compulsiva. Claramente, es la búsqueda lo que motiva el empeño. Tu tarea
es la búsqueda. De vez en cuando, te tropiezas con la verdad en la
oscuridad, chocando con ella o capturando una imagen fugaz o una forma
que parece tener relación con la verdad, muy frecuentemente sin que te
hayas dado cuenta de ello. Pero la auténtica verdad es que en el arte
dramático no hay tal cosa como una verdad única. Hay muchas. Y cada una
de ellas se enfrenta a la otra, se alejan, se reflejan entre sí, se
ignoran, se burlan la una de la otra, son ciegas a su mera existencia. A
veces, sientes que tienes durante un instante la verdad en la mano para
que, a continuación, se te escabulla entre los dedos y se pierda.
Me han preguntado con frecuencia cómo nacen mis
obras teatrales. No sé cómo explicarlo. Como tampoco puedo resumir mis
obras, a menos que explique qué ocurre en ellas. Esto es lo que dicen.
Esto es lo que hacen.
Casi todas las obras nacen de una frase, una
palabra o una imagen. A la palabra le sigue rápidamente una imagen. Os
daré dos ejemplos de dos frases que aparecieron en mi cabeza de la nada,
seguidas por una imagen, seguidas por mí.
Las obras son "The Homecoming" ("La vuelta a casa")
y "Old times" ("Viejos tiempos"). La primera frase de "The Homecoming"
es "¿Qué has hecho con las tijeras?" La primera frase de "Old times" es
"Oscuro".
En ninguno de los casos disponía de más información.
En el primer caso alguien estaba, obviamente,
buscando unas tijeras, y preguntaba por su paradero a otro de quien
sospechaba que probablemente las había robado. Pero, de alguna manera,
yo sabía que a la persona interrogada le importaban un bledo tanto las
tijeras como el interrogador.
En "Oscuro", tomé la descripción del pelo de
alguien, el pelo de una mujer, y era la respuesta a una pregunta. En
ambos casos me encontré obligado a continuar. Ocurrió visualmente, en
una muy lenta graduación, de la sombra hacia la luz.
Siempre comienzo una obra llamando a los personajes A, B y C.
En la obra que acabaría convirtiéndose en "The
Homecoming", ví a un hombre entrar en una habitación austera y hacerle
la pregunta a un hombre más joven sentado en un feo sofá con un
periódico de carreras de caballos. De alguna forma sospechaba que A era
un padre y que B era su hijo, pero no tenía la certeza. Esta posibilidad
se confirmaría sin embargo poco después cuando B (que más adelante se
convertiría en Lenny) le dice a A (más adelante convertido en Max),
"Papá, ¿te importa si cambiamos de tema de conversación? Te quiero
preguntar algo. Lo que cenamos antes, ¿cómo se llama? ¿Cómo lo llamas
tú? ¿Por qué no te compras un perro? Eres un chef de perros. De verdad.
Crees que estas cocinando para perros." De manera que como B le llama a A
"Papá" me pareció razonable asumir que eran padre e hijo. A era
claramente el cocinero y su comida no parecía ser muy valorada.
¿Significaba esto que no había una madre? Eso aún no lo sabía. Pero,
como me dije a mí mismo entonces, nuestros principios nunca saben de
nuestros finales.
"Oscuro". Una gran ventana. Un cielo al atardecer.
Un hombre, A (que se convertiría en Deeley) y una mujer, B (que luego
sería Kate) sentados con unas bebidas. ¿Gorda o flaca?, pregunta el
hombre. ¿De quién hablan? Pero entonces veo, de pie junto a la ventana, a
una mujer, C (que sería Anna), iluminada por una luz diferente, de
espaldas a ellos, con el pelo oscuro.
Es un momento extraño, el momento de crear unos
personajes que hasta el momento no han existido. Todo lo que sigue es
irregular, vacilante, incluso alucinatorio, aunque a veces puede ser una
avalancha imparable. La posición del autor es rara. De alguna manera no
es bienvenido por los personajes. Los personajes se le resisten, no es
fácil convivir con ellos, son imposibles de definir. Desde luego no
puedes mandarles. Hasta un cierto punto, puedes jugar una partida
interminable con ellos al gato y al ratón, a la gallina ciega, al
escondite. Pero finalmente encuentras que tienes a personas de carne y
hueso en tus manos, personas con voluntad y con sensibilidades propias,
hechas de partes que eres incapaz de cambiar, manipular o distorsionar.
Así que el lenguaje en el arte es una ambiciosa
transacción, unas arenas movedizas, un trampolín, un estanque helado que
se puede abrir bajo tus pies, los del autor, en cualquier momento.
Pero, como he dicho, la búsqueda de la verdad no se
puede detener nunca. No puede aplazarse, no puede retrasarse. Hay que
hacerle frente, ahí mismo, en el acto.
El teatro político presenta una variedad totalmente
distinta de problemas. Hay que evitar los sermones a toda costa. Lo
esencial es la objetividad. Hay que dejar a los personajes que respiren
por su cuenta. El autor no ha de confinarlos ni restringirlos para que
satisfagan sus propios gustos, disposiciones o prejuicios. Ha de estar
preparado para acercarse a ellos desde una variedad de ángulos, desde un
surtido amplio y desinhibido de perspectivas que resulten. Quizá, de
vez en cuando, cogerlos por sorpresa, pero a pesar de todo, dándoles la
libertad para ir allí donde deseen. Esto no siempre funciona. Y, por
supuesto, la sátira política no se adhiere a ninguno de estos preceptos.
De hecho, hace precisamente lo contrario, que es su auténtica función.
En mi obra ¨The Birthday Party" ("La fiesta de
cumpleaños") creo que permito el funcionamiento de un amplio abanico de
opciones en un denso bosque de posibilidades antes de concentrarme
finalmente en un acto de dominación.
"Mountain Language" ("El lenguaje de la montaña")
no aspira a esa amplitud de funcionamiento. Es brutal, breve y
desagradable. Pero los soldados en la obra sí que se divierten con ello.
Uno a veces olvida que los torturadores se aburren fácilmente.
Necesitan reírse de vez en cuando para mantener el ánimo. Este hecho ha
sido confirmado naturalmente por lo que ocurrió en Abu Ghraib en Bagdad.
"Mountain Language" sólo dura 20 minutos, pero podría continuar hora
tras hora, una y otra y otra vez, repetirse de nuevo lo mismo de forma
continua, una y otra vez, hora tras hora.
"Ashes to ashes" ("Polvo eres"), por otra parte, me
da la impresión de que transcurre bajo el agua. Una mujer que se ahoga,
su mano que emerge sobre las olas intentando alcanzar algo, que se
hunde y desaparece, buscando a otros, pero sin encontrar a nadie, ya sea
por encima o por debajo del agua, encontrando únicamente sombras,
reflejos, flotando; la mujer es una figura perdida en un paisaje que las
aguas están cubriendo, una mujer incapaz de escapar de la catástrofe
que parecía que sólo afectaba a otros.
Pero, de la misma forma que ellos murieron, ella también ha de morir.
El lenguaje político, tal como lo usan los
políticos, no se adentra en ninguno de estos territorios dado que la
mayoría de los políticos, según las evidencias de que disponemos, no
están interesados en la verdad sino en el poder y en conservar ese
poder. Para conservar ese poder es necesario mantener al pueblo en la
ignorancia, que las gentes vivan sin conocer la verdad, incluso la
verdad sobre sus propias vidas. Lo que nos rodea es un enorme entramado
de mentiras, de las cuales nos alimentamos.
Como todo el mundo aquí sabe, la justificación de
la invasión de Irak era que Sadam Hussein tenía en su posesión un
peligrosísimo arsenal de armas de destrucción masiva, algunas de las
cuales podían ser lanzadas en 45 minutos y provocar una espeluznante
destrucción. Nos aseguraron que eso era cierto. No era cierto. Nos
contaron que Irak mantenía una relación con Al Quaeda y que era en parte
responsable de la atrocidad que ocurrió en Nueva York el 11 de
Septiembre de 2001. Nos aseguraron que esto era cierto. No era cierto.
Nos contaron que Irak era una amenaza para la seguridad del mundo. Nos
aseguraron que era cierto. No era cierto.
La verdad es algo completamente diferente. La
verdad tiene que ver con la forma en la que Estados Unidos entiende su
papel en el mundo y cómo decide encarnarlo.
Pero antes de volver al presente me gustaría mirar
al pasado reciente, me refiero a la política exterior de Estados Unidos
desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Creo que es nuestra
obligación someter esta época a cierta clase de escrutinio, aunque sea
de una manera incompleta, que es todo lo que nos permite el tiempo que
tenemos.
Todo el mundo sabe lo que ocurrió en la Unión
Soviética y por toda la Europa del Este durante el periodo de posguerra:
la brutalidad sistemática, las múltiples atrocidades, la persecución
sin piedad del pensamiento independiente. Todo ello ha sido ampliamente
documentado y verificado.
Pero lo que yo pretendo mostrar es que los crímenes
de los EEUU en la misma época sólo han sido registrados de forma
superficial, no digamos ya documentados, o admitidos, o reconocidos
siquiera cómo crímenes. Creo que esto hay que solucionarlo y que la
verdad sobre este asunto tiene mucho que ver con la situación en la que
se encuentra el mundo actualmente. Aunque limitadas, hasta cierto punto,
por la existencia de la Unión Soviética, las acciones de los Estados
Unidos a lo ancho y largo del mundo dejaron claro que habían decidido
que tenían carta blanca para hacer lo que quisieran.
La invasión directa de un estado soberano nunca ha
sido el método favorito de Estados Unidos. En la mayoría de los casos,
han preferido lo que ellos han descrito como "conflicto de baja
intensidad". Conflicto de baja intensidad significa que miles de
personas mueren pero más lentamente que si lanzases una bomba sobre
ellos de una sola vez. Significa que infectas el corazón del país, que
estableces un tumor maligno y observas el desarrollo de la gangrena.
Cuando el pueblo ha sido sometido - o molido a palos, que viene a ser lo
mismo - y tus propios amigos, los militares y las grandes
corporaciones, se sientan confortablemente en el poder, tú te pones
frente a la cámara y dices que la democracia ha prevalecido. Esto fue lo
normal en la política exterior de los Estados Unidos durante los años
de los que estoy hablando.
La tragedia de Nicaragua fue un ejemplo muy
significativo. La escogí para exponerla aquí como un ejemplo claro de
cómo ve Estados Unidos su papel en el mundo, tanto entonces como ahora.
Yo estuve presente en una reunión en la embajada de los EEUU en Londres a finales de los 80.
El Congreso de Estados Unidos estaba a punto de
decidir si dar más dinero a la Contra para su campaña contra el estado
de Nicaragua. Yo era un miembro de una delegación que venía a hablar en
nombre de Nicaragua, pero la persona más importante en esta delegación
era el Padre John Metcalf. El líder del grupo de EEUU era Raymond Seitz
(por aquel entonces el ayudante del embajador, más tarde él mismo sería
embajador). El Padre Metcalf dijo: "Señor, dirijo una parroquia en el
norte de Nicaragua. Mis feligreses construyeron una escuela, un centro
de salud, un centro cultural. Vivíamos en paz. Hace unos pocos meses un
grupo de la Contra atacó la parroquia. Lo destruyeron todo: la escuela,
el centro de salud, el centro cultural. Violaron a las enfermeras y las
maestras, asesinaron a los médicos, de la forma más brutal. Se
comportaron como salvajes. Por favor, exija que el gobierno de EEUU
retire su apoyo a esta repugnante actividad terrorista."
Raymond Seitz tenía muy buena reputación como
hombre racional, responsable y altamente sofisticado. Era muy respetado
en los círculos diplomáticos. Escuchó, hizo una pausa, y entonces habló
con gravedad. 'Padre', dijo, 'déjame decirte algo. En la guerra, la
gente inocente siempre sufre'. Hubo un frío silencio. Le miramos. Él no
parpadeó.
La gente inocente, en realidad, siempre sufre.
Finalmente alguien dijo: 'Pero en este caso "las
personas inocentes" fueron las víctimas de una espantosa atrocidad
subvencionada por su gobierno, una entre muchas. Si el Congreso concede a
la Contra más dinero, tendrán lugarmás atrocidades de esta clase. ¿No
es así? ¿No es por tanto su gobierno culpable de apoyar actos de
asesinato y destrucción contra los ciudadanos de un estado soberano?
Seitz se mantuvo imperturbable. 'No estoy de
acuerdo con que los hechos tal como han sido presentados apoyen sus
afirmaciones'. dijo.
Mientras abandonábamos la embajada un asistente estadounidense me dijo que había disfrutado con mis obras. No le respondí.
Debo recordarles que el entonces presidente,
Reagan, hizo la siguiente declaración: 'La Contra es el equivalente
moral a nuestros Padres Fundadores'.
Los Estados Unidos apoyaron la brutal dictadura de
Somoza en Nicaragua durante 40 años. El pueblo nicaragüense, guiado por
los sandinistas, derrocó este régimen en 1979, una impresionante
revolución popular.
Los sandinistas no eran perfectos. Tenían una claro
componente de arrogancia y su filosofía política contenía un cierto
número de elementos contradictorios. Pero eran inteligentes, racionales y
civilizados. Se propusieron conseguir una sociedad estable, decente y
plural. La pena de muerte fue abolida. Cientos de miles de campesinos
pobres fueron librados de una muerte segura. A unas 100.000 familias se
le dieron títulos de propiedad sobre tierras. Se construyeron dos mil
escuelas. Una notable campaña educativa redujo el analfabetismo en el
país a menos de una séptima parte. Se establecieron una educación y un
servicio de salud gratuitos. La mortalidad infantil se redujo en una
tercera parte. La polio fue erradicada.
Los Estados Unidos denunciaron estos logros como
una subversion marxista/leninista. Desde el punto de vista del gobierno
de los Estados Unidos, se estaba estableciendo un ejemplo peligroso. Si a
Nicaragua se le permitía fijar normas básicas de justicia social y
económica, si se le permitía incrementar los niveles de salud y
educación y alcanzar una unidad social y un respeto nacional propio, los
países vecinos se plantearían las mismas cuestiones y harían lo mismo.
En ese momento había por supuesto una feroz resistencia al status quo en
el Salvador.
He hablado anteriormente de 'un entramado de
mentiras' que nos rodea. El presidente Reagan describía habitualmente a
Nicaragua como un 'calabozo totalitario'. Esto fue aceptado de forma
general por los medios, y por supuesto por el gobierno británico, como
un comentario acertado e imparcial. Pero lo que ocurre es que, bajo el
gobierno sandinista, no estaba documentada la existencia de escuadrones
de la muerte . No había constancia de torturas. No estaba probada la
existencia de una brutalidad sistemática u oficial por parte de los
militares. Ningún sacerdote fue asesinado en Nicaragua. De hecho, había
tres sacerdotes en el gobierno, dos jesuitas y un misionero Maryknoll.
Los calabozos totalitarios estaban en realidad muy cerca, en El Salvador
y en Guatemala. Los Estados Unidos habían hecho caer en 1954 al
gobierno elegido democráticamente en Guatemala y se calcula que unas
200.000 personas habían sido víctimas de las sucesivas dictaduras
militares.
Seis de los más eminentes jesuitas del mundo fueron
asesinados brutalmente en la Universidad de Centro América en San
Salvador en 1989 por un batallón del regimiento Alcatl entrenado en Fort
Benning, Georgia, USA. Un hombre extremadamente valiente, el arzobisbo
Romero, fue asesinado mientras se dirigía a la gente. Se calcula que
murieron 75.000 personas. ¿Por qué fueron asesinadas? Fueron asesinadas
porque creían que una vida mejor era posible y que debía conseguirse.
Esta creencia los convirtió de forma inmediata en comunistas. Murieron
porque se atrevieron a cuestionar el status quo, la interminable
situación de pobreza, enfermedad, degradación y opresión que habían
recibido como herencia.
Los Estados Unidos finalmente hicieron caer el
gobierno Sandinista. Tardaron varios años y hubo una resistencia
considerable, pero una persecución económica implacable y 30.000 muertos
al final minaron la moral del pueblo nicaragüense. Exhaustos y
condenados a la pobreza una vez más. Los casinos volvieron al país, la
salud y la educación gratuita se acabaron. Las grandes empresas
volvieron en mayor número. La 'Democracia' había prevalecido.
Pero esta "política" no se limitó, de ninguna
manera, a Centroamérica. Se realizó a lo largo y ancho del mundo. No
tenía final. Y ahora es como si nunca hubiese sucedido.
Los Estados Unidos apoyaron y en algunos casos
crearon todas las dictaduras militares de derechas en el mundo tras el
final de la Segunda Guerra Mundial. Me refiero a Indonesia, Grecia,
Uruguay, Brasil, Paraguay, Haití, Turquía, Filipinas, Guatemala, El
Salvador, y, por supuesto, Chile. El horror que los Estados Unidos
infligieron a Chile en 1973 no podrá ser nunca purgado ni olvidado.
Cientos de miles de muertes tuvieron lugar en todos
estos países. ¿Tuvieron lugar? ¿Son todas esas muertes atribuibles a la
política exterior estadounidense? La respuesta es sí, tuvieron lugar y
son atribuibles a la política exterior estadounidense. Pero ustedes no
lo sabrían.
Esto nunca ocurrió. Nunca ocurrió nada. No ocurrió
ni siquiera mientras estaba ocurriendo. No importaba. No era de interés.
Los crímenes de Estados unidos han sido sistemáticos, constantes,
inmorales, despiadados, pero muy pocas personas han hablado de ellos.
Esto es algo que hay que reconocerle a los Estados Unidos. Han ejercido
su poder a través del mundo sin apenas dejarse llevar por las emociones
mientras pretendían ser una fuerza al servicio del bien universal. Ha
sido un brillante ejercicio de hipnosis, incluso ingenioso, y ha tenido
un gran éxito.
Os digo que Estados Unidos son sin duda el mayor
espectáculo ambulante. Pueden ser brutales, indiferentes, desdeñosos y
bárbaros, pero también son muy inteligentes. Como vendedores no tienen
rival, y la mercancía que mejor venden es el amor propio. Es un gran
éxito. Escuchen a todos los presidentes de Estados Unidos en la
televisión usando las palabras, "el pueblo americano", como en la frase,
"Le digo al pueblo americano que es la hora de rezar y defender los
derechos del pueblo americano y le pido al pueblo americano que confíe
en su presidente en la acción que va a tomar en beneficio del pueblo
americano".
Es una estratagema brillante. El lenguaje se usa
hoy en día para mantener controlado al pensamiento. Las palabras "el
pueblo americano" producen un cojín de tranquilidad verdaderamente
sensual. No necesitas pensar. Simplemente échate sobre el cojín. El
cojín puede estar sofocando tu inteligencia y tu capacidad crítica pero
es muy cómodo. Esto no funciona, por supuesto, para los 40 millones de
personas que viven bajo la línea de pobreza y los dos millones de
hombres y mujeres prisioneras en los vastos "gulags" de las cárceles,
que se extienden a lo largo de todo Estados Unidos.
Estados Unidos ya no se preocupa por los conflictos
de baja intensidad. No ven ningún interés en ser reticentes o
disimulados. Ponen sus cartas sobre la mesa sin miedo ni favor.
Sencillamente les importan un bledo las Naciones Unidas, la legalidad
internacional o el desacuerdo crítico, que juzgan impotentes e
irrelevantes. Tienen su propio perrito faldero acurrucado detrás de
ellos, la patética y supina Gran Bretaña.
¿Qué le ha pasado a nuestra sensibilidad moral? ¿La
hemos tenido alguna vez? ¿Qué significan estas palabras? ¿Se refieren a
un termino muy raramente utilizado estos días - conciencia? ¿Una
conciencia para usar no sólo con nuestros propios actos sino para usar
también con nuestra responsabilidad compartida en los actos de los
demás? ¿Está todo muerto? Mirad Guantánamo. Cientos de personas
detenidas sin cargos a lo largo de tres años, sin representación legal
ni un juicio conveniente, técnicamente detenidos para siempre. Esta
estructura totalmente ilegal se mantiene como un desafío a la convención
de Ginebra. Esto no es sólo tolerado sino que es difícilmente planteado
por lo que se llama "la comunidad internacional". Esta atrocidad
criminal la comete un país, que se declara a sí mismo "el líder del
mundo libre". ¿Pensamos en los habitantes de la bahía de Guantánamo?
¿Qué es lo que dicen los medios? Lo reseñan ocasionalmente - una pequeña
mención en la pagina seis. Ellos han sido consignados a una tierra de
nadie de la que, por cierto, puede que nunca regresen. En la actualidad
muchos están en huelga de hambre, alimentados a la fuerza, incluidos los
residentes británicos. No hay sutilezas en estos procesos de
alimentación. Ni sedaciones ni anestésicos. Solo un tubo insertado en tu
nariz y dentro de tu garganta. Tú vomitas sangre. Esto es tortura. ¿Qué
ha dicho la secretaria británica de Exteriores sobre esto? Nada. ¿Qué
ha dicho el primer ministro británico sobre esto? Nada ¿Por qué no?
Porque los Estados Unidos han dicho: criticar nuestra conducta en la
bahía de Guantánamo constituye un acto poco amistoso. O estáis con
nosotros o contra nosotros. Así que Blair se calla.
La invasión de Irak ha sido un acto de bandidos, un
evidente acto de terrorismo de estado, demostrando un desprecio
absoluto por el concepto de leyes internacionales. La invasión fue una
acción militar arbitraria basada en una serie de mentiras sobre mentiras
y burda manipulación de los medios y, por consiguiente, del público; un
acto con la intención de consolidar el control económico y militar de
Estados Unidos sobre Oriente Medio camuflado - como ultimo recurso -
todas las otras justificaciones han caído por ellas mismas - como una
liberación. Una formidable aseveración de la fuerza militar responsable
de la muerte y mutilación de cientos y cientos de personas inocentes.
Hemos traído tortura, bombas racimo, uranio
empobrecido, innumerables actos de muerte aleatoria, miseria,
degradación y muerte para el pueblo Iraquí y lo llamamos "llevar la
libertad y la democracia a Oriente Medio"
¿Cuánta gente tienes que matar antes de ser
considerado un asesino de masas y un criminal de guerra? ¿Cien mil? Más
que suficiente, habría pensado yo. Por eso es justo que Bush y Blair
sean procesados por el Tribunal Penal Internacional. Pero Bush ha sido
listo. No ha ratificado al Tribunal Penal Internacional. Por eso si un
soldado o político americano es arrestado Bush ha advertido que enviaría
a los marines. Pero Tony Blair ha ratificado el Tribunal y por eso se
le puede perseguir. Podemos proporcionarle al Tribunal su dirección si
está interesado. Es el número 10 de Downing Street, Londres.
La muerte en este contexto es irrelevante. Ambos,
Bush y Blair colocan la muerte bien lejos, en los números atrasados. Al
menos 100.000 iraquíes murieron por las bombas y misiles americanos
antes de que la insurgencia iraquí empezase. Estas personas no existen
ahora. Sus muertes no existen. Son espacios en blanco. Ni siquiera han
sido registrados como muertos. 'No hacemos recuento de cuerpos', dijo el
general americano Tommy Franks.
Al inicio de la invasión se publicó en la portada
de los periódicos británicos una fotografía de Tony Blair besando la
mejilla de un niño iraquí. 'Un niño agradecido' decía el pie de foto.
Unos días después apareció una historia con una fotografía, en una
página interior, de otro niño de cuatro años sin brazos. Su familia
había sido alcanzada por un misil. Él fue el único superviviente.
'¿Cuando recuperaré mis brazos?' preguntaba. La historia desapareció.
Bien, Tony Blair no lo tenía en sus brazos, tampoco el cuerpo de ningún
otro niño mutilado, ni el de ningún cadáver ensangrentado. La sangre es
sucia. Ensucia tu camisa y tu corbata cuando te encuentras dando un
discurso sincero en televisión.
Los 2000 americanos muertos son una vergüenza. Son
transportados a sus tumbas en la oscuridad. Los funerales son discretos,
fuera de peligro. Los mutilados se pudren en sus camas, algunos para el
resto de sus vidas. Así los muertos y los mutilados se pudren, en
diferentes tipos de tumbas.
He aquí un extracto del poema de Pablo Neruda: "Explico Algunas Cosas":
:Y una mañana todo estaba ardiendo
:y una mañana las hogueras
:salían de la tierra
:devorando seres,
:y desde entonces fuego,
:pólvora desde entonces,
:y desde entonces sangre.
:Bandidos con aviones y con moros,
:bandidos con sortijas y duquesas,
:bandidos con frailes negros bendiciendo
:venían por el cielo a matar niños,
:y por las calles la sangre de los niños
:corría simplemente, como sangre de niños
:Chacales que el chacal rechazaría,
:piedras que el cardo seco mordería escupiendo,
:víboras que las víboras odiaran!
:Frente a vosotros he visto la sangre
:de España levantarse
:para ahogaros en una sola ola
:de orgullo y de cuchillos!
:Generales
:traidores:
: mirad mi casa muerta,
: mirad España rota:
: pero de cada casa muerta sale metal ardiendo
: en vez de flores,
: pero de cada hueco de España
: sale España,
: pero de cada niño muerto sale un fusil con ojos,
: pero de cada crimen nacen balas
: que os hallarán un día el sitio
: del corazón.
: Preguntaréis por qué su poesía
: no nos habla del sueño, de las hojas,
: de los grandes volcanes de su país natal?
: Venid a ver la sangre por las calles,
: venid a ver
: la sangre por las calles,
: venid a ver la sangre
: por las calles!
Quisiera dejar claro que citando el poema de Neruda
no estoy comparando de ninguna manera la República Española con el Irak
de Saddam Hussein. Cito a Neruda porque en ningún otro sitio de la
lírica contemporánea leí una descripción más insistente y cierta del
bombardeo contra civiles.
He dicho antes que los Estados Unidos están ahora
siendo totalmente francos poniendo las cartas sobre la mesa. Éste es el
caso. Su política oficial es hoy en día definida como "Dominio sobre
todo el espectro". Ése no es mi término, es el suyo. "Dominio sobre todo
el espectro" quiere decir control de la tierra, mar, aire y espacio y
todos sus recursos.
Los Estados Unidos ahora ocupan 702 bases militares
a lo largo del mundo en 132 países, con la honorable excepción de
Suecia, por supuesto. No sabemos muy bien como han llegado a estar ahí
pero de hecho están ahí.
Los Estados Unidos poseen 8000 cabezas nucleares
activas y usables. Dos mil están en sus disparaderos, alerta, listas
para ser lanzadas 15 minutos después de una advertencia. Están
desarrollando nuevos sistemas de fuerza nuclear, conocidos como
"destructores de búnkeres". Los británicos, siempre cooperativos, están
intentando reemplazar su propio misil nuclear, Trident. ¿A quién, me
pregunto, están apuntando? ¿A Osama Bin Laden? ¿A ti? ¿A mí? ¿A mi
vecino? ¿China? ¿París? Quién sabe. Lo que sí sabemos es que esta locura
infantil - la posesión y uso en forma de amenazas de armas nucleares -
constituye el meollo de la actual filosofía política de Estados Unidos.
Debemos recordarnos a nosotros mismos que Estados Unidos está en una
continua misión militar y no muestra indicios de aminorar el paso.
Muchos miles, si no millones, de personas en los
propios Estados Unidos están demostrablemente asqueadas, avergonzadas y
enfadadas por las acciones de su gobierno, pero, tal y como están las
cosas, no son una fuerza política coherente - todavía. Pero la ansiedad,
la incertidumbre y el miedo que podemos ver crecer cada día en los
Estados Unidos no es probable que disminuya.
Sé que el presidente Bush tiene algunos escritores
de discursos muy competentes pero quisiera prestarme voluntario para el
puesto. Propongo el siguiente discurso breve que él podría leer en
televisión a la nación. Le veo solemne, con el pelo cuidadosamente
peinado, serio, confiado, sincero, frecuentemente seductor, a veces
empleando una sonrisa irónica, curiosamente atractiva, un auténtico
macho.
"Dios es bueno. Dios es grande. Dios es bueno. Mi
dios es bueno. El Dios de Bin Laden es malo. El suyo es un mal Dios. El
dios de Saddam también era malo, aunque no tuviera ninguno. Él era un
bárbaro. Nosotros no somos bárbaros. Nosotros no decapitamos a la gente.
Nosotros creemos en la libertad. Dios también. Yo no soy bárbaro. Yo
soy el líder democráticamente elegido de una democracia amante de la
libertad. Somos una sociedad compasiva. Electrocutamos de forma
compasiva y administramos una compasiva inyección letal. Somos una gran
nación. Yo no soy un dictador. Él, sí. Yo no soy un bárbaro. Él, sí. Y
aquel otro, también. Todos lo son. Yo tengo autoridad moral. ¿Ves mi
puño? Esta es mi autoridad moral. Y no lo olvides"
La vida de un escritor es extremadamente
vulnerable, apenas una actividad desnuda. No tenemos que llorar por
ello. El escritor hace su elección y queda atrapado en ella. Pero es
cierto que estás expuesto a todos los vientos, alguno de ellos en verdad
helados. Estás solo, por tu cuenta. No encuentras refugio, ni
protección - a menos que mientas - en cuyo caso, por supuesto, te habrás
construido tu propia protección y, podría decirse, te habrás vuelto un
político.
Me he referido un par de veces esta tarde a la muerte. Voy a citar ahora un poema mío llamado "Muerte"
: ¿Dónde se halló el cadáver?
: ¿Quién lo encontró?
: ¿Estaba muerto cuando lo encontraron?
: ¿Cómo lo encontraron?
: ¿Quién era el cadáver?
: ¿Quién era el padre o hija, o hermano
: o tío o hermana o madre o hijo
: del cadáver abandonado?
: ¿Estaba muerto el cuerpo cuando fue abandonado?
: ¿Fue abandonado?
: ¿Quién lo abandonó?
: ¿Estaba el cuerpo desnudo o vestido para un viaje?
: ¿Qué le hizo declarar muerto al cadáver?
: ¿Fue usted quien declaró muerto al cadáver?
: ¿Cómo de bien conocía el cadáver?
: ¿Cómo sabía que estaba muerto el cadáver?
: ¿Lavó el cadáver?
: ¿Le cerró ambos ojos?
: ¿Enterró el cuerpo?
: ¿Lo dejó abandonado?
: ¿Le dio un beso al cadáver?
Cuando miramos un espejo pensamos que la imagen que
nos ofrece es exacta. Pero si te mueves un milímetro la imagen cambia.
Ahora mismo, nosotros estamos mirando un círculo de reflejos sin fin.
Pero a veces el escritor tiene que destrozar el espejo - porque es en el
otro lado del espejo donde la verdad nos mira a nosotros.
Creo que, a pesar de las enormes dificultades que
existen, una firme determinación, inquebrantable, sin vuelta atrás, como
ciudadanos, para definir la auténtica verdad de nuestras vidas y
nuestras sociedades es una necesidad crucial que nos afecta a todos. Es,
de hecho, una obligación.
Si una determinación como ésta no forma parte de
nuestra visión política, no tenemos esperanza de restituir lo que casi
hemos perdido - la dignidad como personas.
de la wikipedia
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